Mario David Mejía Marroquín nació el 3 de marzo de 1987, estudiante de la carrera Lic. en Ciencias Jurídicas en la Universidad de El Salvador y en café cultural Maktub, ha participado en numerosas lecturas poéticas y dado charlas sobre temas literarios en la Universidad de El Salvado y en café Maktub cultural y ha recibido varios diplomas de reconocimiento.
Publicaciones:
- Poemario, de la colección “Poetas invisibilizados” de la editorial Shushikuikat
- Participante en la antología “Canción de noviembre” del proyecto pro difusión literaria de la Secretaría de Cultura de la Universidad de El Salvador.
Mi único consuelo.
La vida es una potente explosión de adversidades
Monumentos derribados son mis esperanzas
La poesía es mi único consuelo
la cercana destrucción de mi conciencia
me llena de cataratas de insomnio y angustia
y en mi cerebro desfilan infinidad de enigmas
que no puedo resolver
la poesía es mi único consuelo
en este caos de realidad absurda en que me muevo
y me atormenta
la poesía
es mi único consuelo.
A roque Dalton
Cordillera nevada de versos
que se alza en el panteón de los poetas salvadoreños
despiertas en el rostro humillado del obrero
la potente tormenta de la lucha de clases
y siembras la historia clara
en todos los frutos de la memoria del pueblo
¡Ay roque! Ojalá los carbones encendidos de tu poesía
hagan gritar de culpa a tus asesinos…
Rabia.
Escucho el sonido fúnebre
de las vìctimas inocentes
los rugidos de los cobardes
victimarios
las decepcionantes campanadas
de mentes resignadas y cómplices
el chillido de académicos
que se revuelcan en análisis
garantistas y punitivos
y los discursos demagogos rebalsando
putrefacción por todos los poros.
Quisiera prenderle fuego con
toda mi rabia altísima como un rascacielos
a este infame sufrimiento que nos devora
pero es imposible
solo me queda el verso
con el que busco
poner claridad
en muchos corazones.
La muerte me observa.
Siempre camino con la muerte
escucho sus carcajadas
la miro con las retinas de mi mente
me llena de hongos venenosos de angustia
pero abre los cuatro puntos cardinales
de mi curiosidad frondosa
¡muerte
odiosa muerte!
sé que en algún momento
que puede ser ahora
mañana
en unos días
meses o años
me llevarà al lugar
donde mi razón,
mis sentimientos
y sentidos
jamás entrarán,
aunque siempre sea parte
del universo material,
que se trasforma perpetuamente
y nos somete a sus normas caprichosas.